Hace frío. Fuera, en el bosque, los lobos vagabundean olfateando la nieve a su paso, intentando coger el rastro de alguna presa. La nieve cubre mis pies y mis manos pobremente cubiertas por unos mitones deshilachados, se estremecen.
Dentro del misterio del bosque un canto brota de la piedra. Fuego y lenguas de lava emergen del suelo, tragándose la vida a su paso.
Dentro de la choza una mujer se muere lentamente.
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