Despierto sobresaltado en la penumbra de medianoche. La lluvia suena fuera con fuerza, como de costumbre. Soñar de nuevo contigo me trae de vuelta sudores fríos y ansiedad nada más incorporarme en la cama. Hago esa llamada de teléfono que llevo semanas posponiendo y no respondes. No esperaba un resultado diferente.
Dime de vez en cuando que sigues bien.