A solas en mi habitación, a más de mil kilómetros de mi hogar, hablo con Dios. Me sincero y él me escucha, como siempre.
Y sé que vosotros estáis ahí, lejos pero muy cerca, y aunque no os pueda tocar me lleváis como yo os llevo a vosotros, en el corazón. Volveré con el sol de Agosto y con la maleta cargada de abrazos, piedras de colores y regalos de cumpleaños.
A quienes me leáis, y a los que no también, os quiero.
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