Tímido, soplo esquivo, fiel amigo. Brisa sensual que al abrigo del invierno vienes a llevarme a un ilustre más allá. Húmedo vacío, siempre colgando poemas en tu latido y del infinito enamorado. Bucólico canto azucarado que mi sombra apenas quiere tocar. Susurro azahar del verano vendido al sol tierno, apenas si llora, que tiene al mundo para sí. A solas danza, como una amapola que, en su sensualidad, cambia una mirada por un segundo de gloria.
Palabras perdidas en Granada, verano de 2011.
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