-Nada, he vuelto a la cocina a llorar. ¿Sabes? antes adoraba el mar. Ahora solo sal, ya no hay agua, ya no está. Venga, sal a jugar, la primavera se va.
Píntame el mar mamá, píntame el mar.
Un viaje a lo desconocido, en el que las palabras son el mejor transporte.