2.26.2010

Shir lamahalot.

Esgrime imágenes, apenas duerme, añora las lunas del cielo israelita bajo el que conoció el amor. Hoy se halla inmerso en una moraleja, en el llanto final del cuento que recoge sus días sobre la tierra. Comprende al fin las palabras mas importantes del Señor.

Anhela los campos hirvientes de vida, la dulce melodía del amanecer. Su vida de asceta se asemeja a lo efímero de un rayo de luz.

Los pozos de plata y las arboledas vívidas son el hogar de Dios. Y tambíen el mío.

2.25.2010

The black pirate.

El pirata negro está solo en la oscuridad, vive sólo, en las sombras de tu mente, robando en las esquinas del tiempo, asaltando barcos fantasma en cada copa de whisky.

Un día el pirata negro reconoció sus propias manos entre la niebla de su existencia.

Saltó desde el desfiladero mas alto esperando hallar la muerte contra las afiladas rocas que desde abajo, desafiantes, exhibían sus puntas clamantes de sangre.

El mar siempre reclama lo que le pertenece.

2.24.2010

Lover's sunday.

Respirar profundo cuando sale el sol y dejar que el viento te despeine con una nota de color en su latido. Dejar tu vista volar sobre los campos de avena y ver la luz floreciendo al otro lado del sendero.



I've felt in love again.

2.17.2010

Om.

Se perfila, quizás, un camino entre el bullicio.

2.10.2010

El día mas largo.

Me siento enjaulado. Perseguido. Interminable lucha sin cuartel contra mi yo escondido entre las sombras. No quiero estar aqui. No quiero pertenecer a ningun lugar. Deseo ser arrastrado por el viento. Todos somos nómadas. Unos desisten en la lucha. Otros no.

2.04.2010

Horizontes eternos.

Estuvo largo tiempo contemplando la orilla. Pensó, que si toda aquella inmensidad le había sido concedida, también una eternidad le habría de ser entregada para poder adorarla.

2.02.2010

Last passage from Berlín.

Nos despedimos un Octubre bañado por el ocre de atardeceres melancólicos. Jacqueline volvía a su Francia natal cargada de una maleta en la que llevaba todo su pesar. Envolvió con mimo las pocas palabras que pudieron brotar de mi pecho aquella mañana, cuando me pidió que la acompañase.

Paseamos por los senderos en los que muchas lunas atrás perseguimos un sueño a lomos de la pasión que nos unió. Recordamos cada folio agostado arrastrado por el viento. Volvimos a beber de la lluvia mientras poco a poco, nos calaba.

Llegamos al andén, y en silencio, nos abrazamos durante horas. Cuando quise suplicarle al tiempo un segundo más, Jaqueline se desvaneció tras las puertas del vagón.


He llorado muchas noches tu marcha, dulce Jacqueline.