2.26.2010

Shir lamahalot.

Esgrime imágenes, apenas duerme, añora las lunas del cielo israelita bajo el que conoció el amor. Hoy se halla inmerso en una moraleja, en el llanto final del cuento que recoge sus días sobre la tierra. Comprende al fin las palabras mas importantes del Señor.

Anhela los campos hirvientes de vida, la dulce melodía del amanecer. Su vida de asceta se asemeja a lo efímero de un rayo de luz.

Los pozos de plata y las arboledas vívidas son el hogar de Dios. Y tambíen el mío.

1 comentario:

Lady Laura dijo...

Es increíble, qué más te puedo decir...