1.30.2010

Novia tuareg.

Dentro de la jaima el crepitar de la chimenea y el olor del té me envuelven en una atmósfera única. Sus miradas recorren los mares de mis iris, las dos negras respiran ajenas al bullicio reinante. Una de ellas me conoce muy bien, su sonrisa cómplice me dice que sabe. Otra mirada cae en mi. Como llama, me juzga; pero sus ojos revelan valor, esconden un dolor antiguo y si observas más allá de la sombra, podrás ver amor.

Los ojos del desierto saben más de mi de lo que nunca podria haber imaginado.