3.14.2012

A horse called Madness

Calma. Esta noche no necesita más que un poco de sangre. Y ni tan siquiera tuya. Tan sólo unas gotas. 

Imagina un himno loco que suplica en un grito gris, hostil, tosco. Podríamos cantar toda la noche y nadie supondría que es nuestra piel de pingüino la que se trenza como una madeja mientras los pájaros del infierno anidan en nuestra cabeza.

Sutil, vivaz, deliciosa oligofrenia.

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