2.25.2013

Madame Infierno.


Un hielo cayendo sobre las caderas de Madame Infierno. Más fuego para este cortejo y un mar de saliva sobre sus senos. Cien miradas seductoras tuvieron la culpa, pero apenas unas palabras bastaron para hacerla estallar.

No podía ser de otra forma, la pasión encontró su horma bajo esa minifalda y sabe Dios que lo que os cuento es cierto, pues dieron un tremendo concierto de gemidos para celebrar este reencuentro.

Y los diablillos corretearon desnudos por su pecho, agitando sus sombreros y riéndose como locos.

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