2.25.2013

Vértigo. Stand by

En la noche de cera brillante sobre la tierra y de carmín corrido sobre la almohada, una mirada palpitante se cuela entre las cortinas, y tan fugaz como atrevida cae sobre el pecho desnudo de María.

En su boca danzaba el desenfreno con la amargura, y en su corazón la nostalgia con imágenes de una juventud que la abandonaba. 
Y así, puta como era ella, se le daba un aire a la inocencia cuando el sentimiento de pena la llevaba y dejaba que los candiles se apagasen solos, al otro lado del cristal donde mis ojos, atrevidos, la espiaban.

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