11.28.2014

Sweet harmony

Estaba vivo. Oculto en algún lugar debajo de todas las pesadas piedras que el tiempo depositó. Latía y el rumor de su pulso lo hacía temblar todo. Sí. En algún escondrijo bajo los años de dominio de la mente sobre el espíritu se escondía su esencia, su yo, su ser perfecto.

Aquel que luchó a muerte con Morfeo por traer los más exquisitos elixires de su reino, el que durmió con leones por sentirse en armonía con su fiereza, el que cambiaba las sábanas de su cama con delicadeza, por miedo a romper los delgados hilos que unen los dos mundos que allí se cobijan.

Estaba vivo y estaba dispuesto a rescatarle. A devolverle a la luz y a hacer de él un mito.

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