Todo lo tenía y al mismo tiempo perdió lo más importante. Dejó a su Agosto secar el embalse donde se bañaba de pequeño, tiró unas piedras al mar de arena y estas no rebotaron.
Dejó crecer a su amor los rastrojos, envuelto así de espinas y ramas secas; quiso ser mago y crecer la luna a su antojo.
¿Dónde será que este hombre perdió la sed y halló un manantial?
¿Dónde será que al mismo tiempo murió ahogado en su propia sequía?
Y en el mar de piedra caliza su espíritu pidió perdón.
2 comentarios:
BUFF...
Muy claro y conciso me viene a la mente ese hombre de mar de piedra caliza...como te quedas hermano. Esto se me avisa.
Publicar un comentario