Ha vuelto.
Ha vuelto a sonreir la pequeña veta purpúrea de un otoño desaliñado, eterno, monocromo.
Ha vuelto a proyectar mil palabras sobre tus sábanas, está atado a tus ojos y acaba de aprender a respirar.
Es la maravilla del tiempo, de como un segundo puede cambiar al mundo, como sólo tu puedes desatarme de los hilos que me ataban a esta impía realidad de cemento y mugre.
Ha vuelto Jesús, y con el un angel transformado en arbol, que de su corteza me cedió los pergaminos para poder escribir esta historia.
Bienvenidos al viaje al infinito de Luna Meyer.
1 comentario:
Aish... me alegro de que vuelvas a escribir...
A mí la inspiración me ha vuelto súbitamente por el dolor que acabo de sentir.
Aunque vuelva a encontrar el cauce hoy me siento totalmente perdida.
un beso, te seguiré leyendo como he estado haciendo hasta ahora.
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