3.18.2009

Autorretrato.

El pequeño Damien jugaba con el aire.

Volcaba toda su ilusion, su inocencia, su imaginación; en aquel instante. Un piano colgaba de sus dedos mientras cientos de animales salían de la jungla de sus cabellos y luchaban ferozmente entre ellos. Una lucha limpia, inocente, sin sangre.

Un barco inglés lanzó una salva de aviso. Los temerarios marineros de aquel barquichuelo de papel hicieron caso omiso y se lanzaron contra la cubierta de la mesa de la cocina. Hay arroz con salchichas para comer.

-Damien lavate las manos, vamos a comer ya.
-Mamá.
-Dime cariño.
-No quiero hacerme mayor nunca.

2 comentarios:

ariamsita dijo...

me ha dado un escalofrío horrible la última frase,que lo sepas '-'

Anónimo dijo...

Todo precioso...