6.19.2011

A summer tale.

Tratar de sostenerle la mirada al sol, y sentir que cada brizna de hierba que refleja tu juego esta riendo por dentro y las hormigas danzan bajo la sombra, ajenas a todo lo que ocurre cielo arriba. Es el mar quien nos vigila esta noche, amor. Tú sólo siéntate, siénteme y respírame en el cuello, yo seré quien vuele hoy para traerte la Luna.


En las olas el color de la noche se esconde entre la espuma.

6.14.2011

Winter's Song

El invierno llega con su canción gélida a todos los rincones de este lugar. Los barcos traen cientos de muertos desde las costas negras del mar del Norte. Los dioses nos han dado la espalda. Ahora el hombre suplica por un trozo de pan que llevarse a la boca y mata por unas viejas botas raídas.

Han pasado largos años desde que estallara la guerra de las cien noches, y el vacío que dejó en el pecho de quienes la vivieron nunca más conocerá corazón alguno.

Así suena la triste canción de nuestros días.

6.07.2011

Greek tales.

Esta noche de marfil suspira por una nueva historia, por una nueva aventura entre las manos de los dioses que un día dotaron de vida esta tierra.


Navíos legendarios y gestas épicas.

6.04.2011

Crepuscolo sul mare.

Mirar tus ojos y sentir que vuelvo a saber quien soy.

5.25.2011

Emozione.

Frágiles palabras, dando tumbos. La voz se rompe y cae la noche, todo es verde y carmín, lágrimas de media luna cuelgan del cielo.

Tres minutos nos separan. Dibujar con los dedos una boca prohibida y bucear en un mar de letras derramadas sobre la luz de la mañana.

Un minuto nos separa.

5.17.2011

Cartas en el mar del Sur.

Querida Clarise:

Tras navegar durante más lunas de las que puedo recordar, ayer el Boca de Dios llegó a tierra. Parece como si el azul infinito se hubiese compadecido de nuestras almas y nos hubiese brindado un puñado de tierra sobre el que dejar caer nuestras lágrimas.

Hoy he visto los primeros rayos de sol del amanecer pasar tras las acacias para esconderse de nuevo en la madriguera de una ardilla. Este lugar es indescriptiblemente hermoso.

Hemos construido un pequeño campamento donde ayer pasamos la noche los pocos que aún quedamos. Por lo grande de este sitio, debería estar habitado, así que Jules y yo encabezaremos una expedición para antes del mediodía. Ojalá me encontrase con tu mirada en mitad de la jungla.

Te añoro, Clarise.

5.05.2011

Enseñanzas . I

Los ojos del tiempo han contemplado toda clase de historias. Dice su recuerdo que un día, una mujer vació un cántaro de agua con veneno sobre un hormiguero junto a la puerta de su casa, cansada de las pequeñas hormigas y sus constantes expediciones al azucarero. Ese mismo día, al caer el sol, un grupo de gorriones se sirve un festín de las hormigas, ahora muertas.

La pequeña Lucía está triste, el pajarito que su primo mayor cogió para ella esta enfermo. Enjaulado y enfermo. Cree que la culpa es de mamá, que no le ha dado lechuga y por eso ya no canta. Lucía se escapa a la salida del colegio y le pide a la frutera del barrio, Carmen, unas hojas de lechuga para su pajarito.

Carmen lleva toda una vida de amor hacia los demás entre cajas de fruta. Añora la tierra caliente donde nació y el color de los ojos de Ibrahim, que murió en su Cuba natal.

Mónica llega cinco minutos tarde a recoger a Lucía y con la angustia devorándola, tras buscar entre columpios y aulas, vuelve al coche muerta de miedo y sale a buscar a su hija.
Julio aparta la vista de la calle para contestar una llamada.


Y entonces, el frío aire de noviembre se tiñe de desventura, la vida se desvanece entre crujidos de metal, cristales estallando y gritos de la gente que, horrorizada, obseva como el coche de Mónica se arruga contra una farola, embestido por el de un ya inerte Julio.



La vida y la muerte se esconden en un cántaro de agua.

4.09.2011

Hazañas

Sembrar migas de pan en los campos de nubes.

3.21.2011

Survival of the fittest.

Gritos entre las sombras, desgarrando el silencio de esta noche. A fuego, cada bala atraviesa el aire buscando el pecho de quienes metieron sus sucios hocicos donde no debían.

Como perros de presa, persiguen el olor del miedo con los ojos inyectados en sangre, y el sudor de sus frentes brilla como el acero que empuñan.

Este no es lugar para cobardes.

3.08.2011

The day the fear ended.

Y entonces la música se cortó de golpe, el silencio lo inundó todo y el último bailarín del reino cayó inerte sobre el suelo de la galería de espejos que, durante años, había reflejado sus temores mas siniestros.

Bailó durante años para zafarse de sus sombras.