Esconde tus miedos, ahógalos con la almohada y destierra tus lágrimas y sollozos al mas lejano de los desiertos.
Doscientas puñaladas escondidas en un cajón esperan a ser liberadas, Jesús ha vuelto a la tierra.
Una rama agitándose, un soplo fugaz de viento ardiente, mi corazón bombeando.
Una noche en el infierno, peleas a machete con mi propia sombra, hongos alucinógenos, y la primera de las puñaladas rompe el lacre de tu testamento.
Tócale, tócale la cara , es Jesús, tan cerca que apenas puedes respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario