Bajo una manta plateada escondieron horrorizados el pecado del hombre.
Mark miró a su alrededor. El lugar debería de verse bello en otras circunstancias, desde el mirador podían contemplarse la colina y el puente romano; sin embargo un olor a odio y una sombra de demencia le conferían un tono dantesco.
El cuerpo había sido atravesado, para luego ser arrastrado y mutilado salvajemente como si de una sala de despiece se tratase, separando minuciosamente las tripas de los buenos trozos de carne viva.
Mark sintió al mismo tiempo hambre y una punzada en las vísceras.
Estaba comiéndose sus ganas de huir.
2 comentarios:
mark es tu yo interior
Hasesynó
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