2.05.2009

El Kitapena.

Impulsos. Espasmódicos aullidos de mi alma a Dios. Silencio, un silbido en mi oído y un golpe seco.

Mil esqueletos saludan al sol, firmes como cada día, en formación.

La lluvia del último siglo ha desgastado sus huesos, sus fusiles no disparan.


Quiero montar en un Jeep y atropellarlos a todos, sentir sus huesos desquebrajándose contra el capó, sus craneos estampándose contra la luna delantera, sus mandíbulas desencajadas sonrientes, esparcidas a ambos lados de mi furia.

Conducir cegado hasta el acantilado y lanzarme al vacío.


Hoy soy una bomba.

2 comentarios:

Edelweiss dijo...

Siempre todos tenemos un algo con el que desahogarnos, tú tienes el baile y en común conmigo el escribir.

No obstante, no vendría mal cargarse literalmente a algo de la manera más sanguinaria, horrible y cruel posible.

Eso sí que es un desahogo...
Ainsh... (K)

Anónimo dijo...

Apuesto a que esto lo escribiste en
un dia un poco triste...
O que simplemente, eres como yo
de friky y te da pòr escriibir historias trágicas habiendo tenido el dia de puta madre=)

gran vocabulario

prometes^^