2.24.2009

A Sonia.

La sensacion de tu presencia etérea tras tu reencuentro con Dios. Sé que me observas mientras escribo, sabes que te deseo la paz mas profunda.

Que tus risas resuenen en lo profundo e infinito de cada estancia de esta casa, que tu alegria y tu mirada positiva nos acompañen eternamente.



La paz sea contigo amiga mía. Guardaré con amor el regalo que me hiciste.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si señor, así es como la recordaremos siempre, riendo a carcajada limpia y feliz.